Alocución del Presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez
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Bogotá, 14 jun (SP). “Esta es una hora de gran alegría. Muy apreciado general (Luis Mendieta), muy apreciados coroneles (Enrique Murillo, William Donato), muy apreciado sargento (Arbey Delgado): qué bueno. Al saber ayer esta noticia, un poquito de la noticia, anoche otro poquito y esta mañana otro poquito, el corazón nuestro hacía una especie de caminada del suplicio a la esperanza. Yo quiero unirme a las nobles palabras de ustedes hoy, agradecer a nuestro Señor, que le ha dado energía, luces a las Fuerzas Armadas de Colombia para llevara cabo este rescate; les dio a ustedes resistencia para poder llevar ese sufrimiento tantos años, y a estas familias las llenó, les profundizó sus virtudes. Yo me reuní muchas veces con estas familias. Fue muy difícil. Ellos saben porqué. Porque yo no les podía negar qué estábamos haciendo, yo no se los podía negar, me sentía mal de habérselos negado. Y quiero decirle a estas familias que, de todos estos años que me ha tocado compartir con estas familias, conversar, saber de ellas, recibir sus críticas justas, que yo sabía que la decisión –y hablo en primera persona mía- les causaba mucha preocupación. Pero los quiero mucho, queridas familias. Ustedes son un ejemplo para la Patria. Ministro (de Defensa, Gabriel Silva Luján) yo quiero felicitarlo a usted, a las Fuerzas Armadas de Colombia. Nos sentimos muy orgullosos. Esta tarde, en un Consejo Comunitario en Manizales, la ciudadanía le dio un aplauso que se sentía en el alma, en el corazón, a las Fuerzas Armadas de Colombia. Yo sé que 46 millones de colombianos, todos los compatriotas, esta noche de júbilo aplauden a nuestras Fuerzas Armadas. Muchas gracias por este nuevo triunfo de las Fuerzas Armadas. A mis compatriotas: Esta Nación, en 200 años de vida independiente, ha vivido escasos 47 años de paz; las generaciones vivas desde los años 1940 no han vivido un día completo de paz. La violencia entre los partidos, sucedida por las guerrillas marxistas, la reacción del paramilitarismo, unos y otros cooptados por el narcotráfico. Toda esta pesadilla es lo que la Patria tiene que superar. Una Patria flagelada por las narcoguerrillas, los narcoparamilitares, todo ese narcoterrorismo, es un Patria que tiene un camino: la Constitución, las Fuerzas Armadas y el pueblo. Nuestro camino, compatriotas, es apoyar a las Fuerzas, que son un motivo de orgullo. Las Fuerzas Armadas son un motivo de orgullo para los colombianos y hoy son un motivo para que el mundo admire a Colombia. Unas Fuerzas Armadas todos los días más eficaces y todos los días reiterando ese gran compromiso con la transparencia. Unas Fuerzas Armadas que en estos años no solamente han avanzado en la eficacia sino que ellas han liderado su propia depuración cuando ha habido necesidad de hacerlo, sancionando con toda drasticidad a cualquier individuo que haya cometido una violación de derechos humanos. Estas Fuerzas Armadas son esperanza de la Patria, son un gran camino de apoyo a las nuevas generaciones. General, coroneles, sargento: quiero explicarles a ustedes que en la mente nuestra ha habido una diferencia entre posibilidades de aproximarse a la acción humanitaria. Particularmente he tenido dos conceptos humanitarios, dos posibilidades humanitarias, dos hipótesis: el acuerdo humanitario del apaciguamiento y la acción humanitaria de la autoridad. En esta ocasión se ha cumplido una acción humanitaria de autoridad, que ha concluido con el rescate de ustedes. El acuerdo humanitario de apaciguamiento es como abonar, fertilizar el secuestro, es siempre regar la semilla del terrorismo, equivale a difundirla. El acuerdo humanitario de apaciguamiento es reconocerle méritos al secuestro y crear condiciones para que el secuestro se reproduzca y crezca. El acuerdo humanitario de apaciguamiento es aumentarles a los secuestrados la tortura, con ese agravante de la humillación, al ponerlos de igual a igual con los terroristas. Nosotros hemos buscado todos estos años la acción humanitaria de autoridad. Esa es la acción que demuestra que el secuestro no paga, esa es la acción que demuestra que aunque hay que demorarnos, tomar tiempo, superar muchas dificultades, prepararse, crear una gran conciencia, es la que finalmente le da una gran esperanza al pueblo colombiano. Y una esperanza que reposa en la visión de que con estas acciones, Colombia va desmotivando el secuestro. Dios premia la buena fe y la constancia. Estas acciones humanitarias de autoridad han sido adelantadas con toda la constancia, con toda la buena fe, y nosotros sabemos que este sacrificio, esa espera de ustedes en la tortura del cautiverio y este rescate a cargo de sus Fuerzas Armadas, es un gran paso para que las nuevas generaciones no tengan que vivir este suplicio del secuestro. Ustedes son unos héroes de la Patria, nosotros los recibimos con júbilo; sufrimos mucho por su presencia de ustedes en el cautiverio, y muchas veces no lo podíamos expresar. Nosotros hemos tenido una gran angustia todos los días, silenciosa, pero con toda la determinación de llegar a rescatarlos. A los verdugos de ustedes, a aquellos seres humanos integrantes de la guerrilla narcoterrorista que los tenía a ustedes cautivos: Nosotros tenemos toda la firmeza pero carecemos de asomo de rencor. Quiero hacer esta reflexión a los integrantes de grupo narcoterrorista de las Farc, que han tenido cautivos a nuestros oficiales. Ahora la sanguinaria Farc los va a buscar para asesinarlos, las Fuerzas Armadas de Colombia, sus compatriotas, la organización constitucional del Estado, el Gobierno, queremos albergarlos y recibirlos. Aquellos que los tenían cautivos a ustedes, ojala tomen la decisión de desmovilizarse y de reinsertarse, allí tienen una oportunidad para su seguridad y para poder rehacer sus vidas. Con ustedes aquí, ya reintegrados el seno de sus familias y de su institución, todavía queda una tarea muy grande: nosotros no podemos desmayar un solo momento para rescatar a nuestros compatriotas, a los sargentos Luis Alfredo Moreno, Luis Arturo García, Luis Alfonso Beltrán, Robinson Salcedo, Libio José Martínez, Salín Antonio Sanmiguel, Francisco Aldemar Franco. Al señor coronel Edgar Yesid Duarte, a los mayores Guillermo Javier Solórzano y Elkin Hernández, a los sargentos Cesar Augusto Lasso, Luis Alberto Erazo, José Libardo Forero; a los intendentes Luis Hernando Peña, Jorge Humberto Romero, Jorge Trujillo Solarte, Carlos José Duarte, Wilson Rojas Medina, Álvaro Moreno, Robert Hernán Guáquez y al infante de marina Henry López Márquez. Aquellos integrantes de la narcoguerrilla que tienen en sus manos, cautivos y torturados a estos compatriotas, les enviamos un mensaje: los invitamos a que abandonen ese grupo terrorista, a que se desmovilicen, a que regresen a la libertad a estos compatriotas secuestrados. El Gobierno les cumplirá, les cumplirá buscando con las autoridades de la Fiscalía y de la justicia un instrumento que les permita estar libres, y les ayudará apoyándolos para que puedan rehacer sus vidas. Esta decisión la hemos tenido en el fondo de nuestras convicciones desde hace mucho, mucho tiempo. Este Gobierno no es un Gobierno de alardes pero sí es un Gobierno de una firmeza sin dobleces. Hay dos caminos –y lo digo al oído de los guerrilleros- un camino es que se desmovilicen, que liberen a los secuestrados, que el Gobierno cumpla buscándoles un instrumento para su libertad y un apoyo para rehacer sus vidas. Ese es un camino. Este Gobierno es un Gobierno de firmeza, sin claudicaciones, sin asomos de rencor y al mismo tiempo con disposición de generosidad, no de otra manera se han recibido generosamente 53 mil integrantes de los diferentes grupos terroristas desmovilizados en estos años. El otro camino es el de la persistencia en el profesionalismo de estas Fuerzas Armadas para rescatarlos. Nosotros tenemos una mezcla entre urgencia y paciencia. Todos los días trabajamos estos temas con urgencia pero también tenemos paciencia para esperar el momento en que pueda llegar la victoria. Este es el camino de la autoridad, el primero es el camino de la rectificación y el camino de la reconciliación. Nosotros quisiéramos que los guerrilleros tomaran la decisión de desplazarse por el camino de la rectificación y por el camino de la reconciliación, desmovilizándose y poniendo en libertad a los rehenes, a los cautivos, a los secuestrados, a los torturados, pero jamás podremos renunciar al camino de la autoridad. Quiero hacer ese llamado. Yo sé, señor Ministro (de Defensa) y muy apreciados comandantes (de las Fuerzas Armadas y de la Policía) que en ninguna hora falta voluntad, que en ningún momento falta determinación, y seguiremos hasta el último día, con todo el afán de Patria, buscando la libertad de quienes siguen allá torturados en el secuestro. He recibido muchas llamadas. Una llamada es de la doctora Ingrid Betancourt, que los quiere saludar, ahora la vamos a llamar. Yo no sé, Ministro, comandantes, general, coroneles, sargento, si ustedes quisieran decir alguna palabrita. Aquí más que palabras hay júbilo, pero también el alma conectada allá con quienes siguen en la selva. Allá tenemos el alma conectada”. |
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Bogotá, 10 jun (SP). “Compatriotas, el Ministro de la Defensa, los Altos Mandos de las Fuerzas Armadas y mi persona, hemos estado reunidos analizando la decisión de la justicia contra el señor coronel en uso de retiro, Alfonso Plazas Vega. Sobre el tema, quiero expresar lo siguiente: El Gobierno y las Fuerzas Armadas recuerdan que el Holocausto de la Justicia, ocurrido hace 25 años, fue un delito de lesa humanidad cometido por la alianza perversa entre el narcotráfico y una de las guerrillas de la época. La sentencia condenatoria al coronel Alfonso Plazas Vega genera profundo dolor y desestímulo en los integrantes de las Fuerzas Armadas, encargadas de dar seguridad a los colombianos. Respaldamos al ex Presidente Belisario Betancur, que siempre ha procedido con el patriotismo y la transparencia que rechazan cualquier asomo de delito. Respaldamos al Alto Mando Militar y Policial de la época, acusados injustamente de haber conocido con anticipación el plan criminal contra el Palacio de Justicia, y de haberlo permitido para justificar el ingreso al interior de la edificación y asesinar personas. Nuestra lucha por la seguridad surge también por el dolor y la solidaridad con las víctimas de la violencia de todos los tiempos. Mantenemos vivo el dolor por todas las personas asesinadas en el Palacio de Justicia, entre quienes se encontraban magistrados y civiles, soldados y policías, profesores, amigos y familiares de tantos colombianos. La manera de apoyar a las víctimas del Palacio de Justicia no es creando víctimas en miembros de las Fuerzas Armadas. La Política de Seguridad Democrática de este Gobierno ha permitido que más de 300 mil víctimas registren sus reclamos. Antes no lo hacían por temor o porque lo consideraban inútil. Se avanza en el proceso de reparación administrativa introducido por este Gobierno. El Gobierno y las Fuerzas Armadas, que con la Política de Seguridad Democrática han recuperado el monopolio de las armas para el Estado y la presencia de la justicia en todo el territorio nacional, incluso en las regiones de donde había sido desplazada por el terrorismo, estarán atentos al desarrollo de las instancias que todavía deben agotarse en el proceso contra el coronel Plazas Vega. Lo único que demandamos de la justicia es justicia imparcial y oportuna frente a los abnegados integrantes de las Fuerzas Armadas, que no pueden ser objeto de maltrato para desviar los crímenes del terrorismo a lo largo de nuestra historia. El Gobierno invita a los órganos del Estado y a todos los colombianos a pensar en una legislación que rodee de garantías a las Fuerzas Armadas, en el marco de su debida eficacia y absoluto respeto a los Derechos Humanos. Una nueva legislación debe ser rigurosa en la exigencia de probar el dolo para asignar responsabilidad a coautores mediatos tanto por acción como por omisión; también como elemento esencial del concierto para delinquir. Colombia, martirizada por narco guerrillas, narco paramlitares y toda especie de narcoterrorismo, debe abrazar a sus Fuerzas Armadas, que hacen un enorme sacrificio en la lucha contra el crimen y han tenido todo el valor para sancionar violaciones de Derechos Humanos. En esta hora de dolor invitamos a las Fuerzas Armadas a continuar la lucha sin pausa para derrotar a los criminales y permitir que las nuevas generaciones puedan vivir felices en el suelo de la Patria, sin la asechanza de la violencia, que en estos 200 años de vida independiente solamente ha permitido escasos 47 años de paz. La Constitución, las Fuerzas Armadas y el pueblo son la base sobre la cual reposa la esperanza de paz de las nuevas generaciones. Buenas noches”. |
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Bogotá, 22 dic (SP). “Compatriotas, con dolor y con repudio registro el asesinato del Gobernador del Caquetá, don Luis Francisco Cuellar, perpetrado por el grupo narcoterrorista de las Farc. En la noche anterior, aproximadamente a las 10, este grupo lo secuestró en su residencia. Allí había un patrullero de la Policía prestando servicio de vigilancia. Reaccionó valerosamente. Nuestro patrullero fue asesinado, el Patrullero Javier Simón García. Hago llegar a su esposa Nancy Marcela, a su hijita Karen Dayana, nuestro sentimiento de pesar. Las Fuerzas Armadas han tenido preocupaciones por alarmas en Florencia, habían dispuesto un operativo de cuadrícula para cuidar la ciudad. Cuando se presentó el hecho del secuestro, patrulleros que estaban en el área de la casa del señor Gobernador reaccionaron, y fueron heridos los patrulleros Emerson Roncancio y Gabriel Leonardo Buendía. El señor Ministro (de Defensa), los Altos Mandos y mi persona fuimos informados de inmediato, se dio la instrucción de Operación Candado, a fin de cerrar la ciudad de Florencia e impedir que se consumara el secuestro. Las Fuerzas Armadas iniciaron allí un operativo envolvente, por una vereda que sale a la vereda El Brasil, los terroristas incendiaron el vehículo en que presumiblemente llevaban al señor Gobernador; más adelante lo asesinaron, lo degollaron, miserablemente lo asesinaron. Las autoridades explican que los terroristas no le dispararon sino que lo degollaron, para evitar producir el ruido de los disparos, porque ya intuían el plan, el operativo envolvente de nuestras Fuerzas Armadas. El secuestro no pagará. Desde esta mañana se hicieron presentes en Florencia el señor Ministro de Defensa (Gabriel Silva); el general Fredy Padilla, Comandante General; los comandantes del Ejército, general Óscar González, y de la Policía, general Óscar Naranjo, para apoyar a los soldados y policías en el operativo de rescate. El Gobierno ha dado todas las garantías a los narcoterroristas de las Farc para que procedan a la liberación de nuestros compatriotas, de Moncayo, de los demás. Este grupo terrorista en lugar de proceder a liberarlos, lo que ha hecho es secuestrar y asesinar al Gobernador del Caquetá. De esa manera responden los narcoterroristas de las Farc a la generosidad de los colombianos, a las garantías del Gobierno para que procedan a liberar a aquellos que han mantenido en el cautiverio y en la tortura durante tantos años. El Gobernador del Caquetá, don Luis Francisco, era un hombre bondadoso, un honrado trabajador de la Patria, un servidor público con fe, con vocación. En cuatro ocasiones anteriores había sido secuestrado por las Farc; uno de sus hijos había sido asesinado; en uno de esos secuestros también fue secuestrada doña Imelda (Galindo). Hoy hacemos llegar a doña Imelda, su esposa; a sus hijos Norma Victoria, a Luis Fernando, Paola Adriana; a nuestros compatriotas del Caquetá; a los familiares allegados de don Luis Francisco, el Gobernador, a sus compañeros, los gobernadores de la Patria, nuestro profundo sentimiento de pesar. Hemos dado instrucciones, para que el operativo militar que se emprendió para rescatar al señor Gobernador, se mantenga para capturar a los responsables del secuestro y asesinato. Anoche ofrecimos una recompensa hasta de mil millones a los ciudadanos que con su información nos permitiera poder rescatar al señor Gobernador, hoy mantenemos esa recompensa hasta de mil millones, a los ciudadanos que con su información nos facilite la captura de terroristas, integrantes de la columna Teófilo Forero de las Farc, responsables de este secuestro y de este asesinato. Algunos de estos terroristas tienen alias como ‘Huevo’, ‘Valencia’, ‘Nicuro’, ‘Caballo’, ‘Guevara’. Ojala los podamos capturar a todos. Compatriotas, en medio del dolor ratifico ante ustedes toda nuestra decisión de derrotar el terrorismo, de derrotar este flagelo del secuestro. Todavía hay quienes pretenden darle reconocimiento político a los narcoterroristas de las Farc. Es bueno que en la comunidad internacional reflexionen. Estas acciones, lo que hacen las Farc, el martirio en que ha sometido a los colombianos durante casi 50 años, solo admite un calificativo: terroristas. Pero el pueblo colombiano, las Fuerzas Armadas, son superiores. En medio del dolor, con toda la fortaleza, avanzaremos en la derrota del terrorismo, para liberar de esta pesadilla a las nuevas generaciones de colombianos. Buenas noches”.
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Bogotá, 22 oct (SP). “Compatriotas, buenas noches. He querido ocupar los espacios de la televisión esta noche, con la presencia y acompañamiento de buena parte de mis compañeros de Gobierno, de los Altos Mandos, para referirnos al tema de las dificultades que se han venido presentando con algunas comunidades indígenas del departamento del Cauca. Primero, quiero hacer una rectificación. Me he propuesto, a lo largo de este Gobierno, buscar que asuntos tan delicados como el orden público, el restablecimiento de la seguridad en Colombia, se manejen por el Gobierno, con el ejemplo del Presidente de la República diciendo la verdad y nada más que la verdad a los colombianos. Siempre he buscado la verdad, porque la Seguridad Democrática necesita una total confianza del pueblo colombiano. Expresé, desde la semana pasada, después en el Consejo Comunitario de Quetame, en Cundinamarca, y hace dos noches en la Rendición de Cuentas del Ministerio de Protección, que la Policía y la Fuerza Pública no había disparado y también mostré las heridas que ha sufrido la Fuerza Pública, por explosivos y por acciones terroristas. Pregunté, en varias ocasiones, a la Fuerza Pública que me confirmaran cómo habían ocurrido los hechos. Me manifestaron que la Fuerza Pública no había disparado. En realidad, los Esmad, que son esos grupos de reacción antimotines de la Policía, utilizan escudos y utilizan bastones, pero no armas. Ha aparecido en un canal de televisión un video que muestra a un integrante de la Fuerza Pública disparando. Entonces, aparece que el Presidente de la República le ha mentido al país y eso afecta la Seguridad Democrática. Nosotros necesitamos toda la confianza de los colombianos en la Seguridad Democrática y eso no le permite al Presidente de la República mentir. Hemos investigado esta tarde y hemos encontrado lo siguiente: el señor Ministro de Defensa, por la misma información que recibió el Presidente de la República, también ha salido a los medios de comunicación a expresar, como lo ha hecho el Presidente de la República, que la Policía, que la Fuerza Pública no disparó. La investigación adelantada esta tarde por la Policía concluye lo siguiente: la Policía sí disparó. El patrullero de la Policía que disparó, que debe pertenecer a una fuerza distinta a los Esmad, ha reconocido que disparó porque los estaban atacando con explosivos. Él lo ha reconocido esta tarde. Inicialmente el señor general Naranjo (Director General de la Policía Nacional), los señores comandantes en el Valle del Cauca, no tenían esa información. Nos transmitieron, a mi persona y después yo le transmití al Ministro (de Defensa) cuando él regresó, y ellos también le afirmaron al Ministro que no se había disparado. En este momento tengo que decirle al país y a la opinión pública que la Policía disparó, que el patrullero lo ha reconocido. El señor general Óscar Naranjo nos va a explicar en qué circunstancias disparó el Policía y también algo bien importante: ¿qué ha causado la muerte de los indígenas? Porque los exámenes de Medicina Legal que tenemos demuestran que los indígenas no han muerto por disparos de la Fuerza Pública, sino por explosivos terroristas. Y el país debe recordar esto, a lo cual le pido al señor general Oscar Naranjo que se refiera: La semana pasada, el intendente Aldíver Giraldo Galeano sufrió mutilación de sus dos manos y también sufrió algunos traumas -está en la Clínica Valle de Lili en Cali-. Y fueron heridos otros 32 policías con explosivos terroristas. En el último año, en los últimos tiempos, han muerto en el departamento del Cauca varios integrantes de la Fuerza Pública, enfrentando la acción de invasiones que se han acompañado de acciones terroristas. En Caloto (Cauca), el 29 de noviembre de 2006, fue asesinado el patrullero Jorge Hernán Lenis Pacheco, pertenecía al Esmad. Fue víctima de un artefacto explosivo improvisado, papa bomba con metralla, que fue arrojado por indígenas. El Policía recibió el impacto en el pecho y el poder del explosivo penetró el escudo de seguridad y la armadura. El 19 de septiembre de 2008, recientemente, unidades del Batallón Pichincha del Ejército que se movilizaban a apoyar la unidad que estaba siendo atacada en la hacienda La Emperatriz, cayeron en campo minado, resultando muertos los soldados Yesid Ramos Gómez y Gustavo Cifuentes Bedoya. En total, muertos de la Fuerza Pública: tres. En esos intentos de invasión, acompañados de acciones terroristas, han sido heridos alrededor de 70 policías. Yo les decía esta tarde a los generales y se lo comentaba a los ministros: a mí lo que me preocupa no es que se haya disparado o no. A mí lo que me preocupa es que el Presidente de la República no le diga la verdad al país. Yo le ruego a la Policía, al Ejército: cuando, en circunstancias en que se encuentren atacados por acciones terroristas, tengan que responder disparando, por favor, que lo sepamos todos. Aquí no puede haber mentiras ni puede haber verdades a medias. Eso es lo que nos preocupa. Y es muy importante, también, para que se sepa la verdad completa, que el país conozca la manera como ha sufrido la Fuerza Pública, y que el país sepa que no obstante que la Policía, un patrullero disparó -y se está averiguando si hubo otros disparos- no obstante que eso ha ocurrido, los indígenas que han fallecido, han fallecido, como lo ha certificado Medicina Legal, a causa de los explosivos terroristas, de terroristas infiltrados en esas marchas. Voy a pedirle al señor general Naranjo que nos explique estos hechos. Y a continuación de una breve explicación del general Naranjo, volveré a referirme al tema de tierras del departamento del Cauca. Le pido, general, que les explique a los compatriotas estos hechos. General Óscar Naranjo, Director de la Policía: Gracias, señor Presidente. Es mi obligación, como Director General de la Policía, comunicar a la opinión pública nacional e internacional, los hechos que han rodeado la llamada Minga de Resistencia Indígena, actividad que se inició desde el 11 de octubre y que aún persiste. Y que ha significado, por momentos, la agrupación, la reunión y la movilización hasta de siete mil indígenas, que han tenido pretensiones de bloquear la vía Panamericana y que, al mismo tiempo, han agredido a transportadores, han inmovilizado vehículos y esa situación ha significado, para la Policía Nacional, la necesidad de emplear hasta 700 efectivos policiales. Por política, por disposición presidencial, por directrices ministeriales y por procedimientos y protocolos institucionales, la Policía Nacional, para contener manifestaciones y disturbios, no usa armas de fuego. Los escuadrones móviles antidisturbios, unidad especializada para atender estas situaciones, se emplea con elementos protectivos, básicamente constituidos por un casco que lleva el propio funcionario policial, un escudo y un bastón de mando. Por esa razón, a lo largo de estos días y en la seguridad de que esa es la política, la decisión y además la reglamentación institucional, como Director General he informado al señor Presidente que la Policía no había usado armas de fuego. No obstante lo anterior, y como quiera que hay una prueba evidente e incontrovertible, radicada en un video transmitido por una cadena internacional, un medio de comunicación, debo asumir esa inconsistencia que transmití al Gobierno Nacional, al señor Ministro de la Defensa y al Presidente de la República. Pero con la misma seriedad y entereza que asumo esa inconsistencia, como responsable policial, afirmo, de manera categórica, y así podrá ser demostrado ante instancias nacionales e internacionales, que la muerte de los tres indígenas, acontecida entre el 14 y el 21 de octubre, para nada tienen que ver con el uso y empleo de las armas de fuego señaladas en el video. Todo lo contrario: exámenes y peritazgos de Medicina Legal lo que acreditan es que los tres indígenas han fallecido como consecuencia de la manipulación de artefactos explosivos de bajo poder y que sus lesiones letales, fatales, que los llevaron a la muerte, básicamente son producto de esquirlas que han impactado su cuerpo. Reitero, por lo tanto: la muerte de los tres indígenas no tiene relación de causalidad con los disparos que muestra el video y que fueron básicamente hechos por el patrullero John Prieto Vásquez, quien esta tarde, al finalizar la tarde, ha reconocido ante el mando que evidentemente disparó y que evidentemente no informó al mando superior inmediato que había hecho uso de su arma de fuego. Ha significado también el patrullero que ha disparado básicamente al aire, sin un objetivo fijo, como puede demostrarse en el video y que lo hacía básicamente porque observaba que cerca de 250 indígenas, desde una colina, en el resguardo La María, de Piendamó, proseguían lanzando artefactos explosivos. Señalo, por lo tanto, que asumiendo la inconsistencia transmitida al Alto Gobierno, en particular al señor Presidente de la República y al señor Ministro de la Defensa, en el sentido de que la Policía no ha hecho uso de armas de fuego y, ahora, con la demostración evidente del video transmitido por el medio de comunicación, debo decir: asumo la inconsistencia transmitida, pero al mismo tiempo reitero, y lo digo con entereza y de forma categórica, los indígenas muertos no han sido víctimas del uso de esas armas de fuego institucional de la Policía y su muerte corresponde a unas causas distintas. Básicamente, a la manipulación de artefactos explosivos de bajo poder y de armas no convencionales, con que ha sido atacada la Fuerza Pública y, en particular, la Policía Nacional. Del 11 de octubre a la fecha, 32 policías han resultado gravemente heridos, y destaco que a uno de ellos, como el país y el mundo lo conoce, le han sido amputadas sus dos manos, como resultado del empleo de explosivos usados por esta movilización de resistencia indígena. Señalo, adicionalmente, que por lo menos en uno de los casos de un indígena fallecido, los dictámenes de Medicina Legal lo que señalan es que su muerte se produce mientras estaba manipulando una especie de mortero artesanal con que agredía a la Fuerza Pública. En este sentido, las imágenes que han transmitido los medios de comunicación nacional e internacional también son elocuentes y son patéticas de una agresividad demostrada por este movimiento de resistencia indígena. Hablan también del uso de explosivos, llamadas papas explosivas o granadas de fabricación artesanal, y hablan de morteros; unos lanzacohetes con explosivos, de fabricación indígena, que han usado desde el 11 de octubre en todas las movilizaciones, concentraciones de la llamada Resistencia Minga Indígena. Presidente Álvaro Uribe: Gracias general. Debo agregar lo siguiente: el señor general Naranjo, Director de la Policía Nacional, salió el lunes a la hermana República de Costa Rica y regresó hoy. El lunes en la noche, a raíz de un debate que se dio aquí en la Rendición de Cuentas del Ministerio de Protección, yo llamé al señor general Ricaurte, quien es el responsable de la Policía en la región, y él me confirmó lo que me había dicho el general Naranjo: que la Policía no había disparado, que no tenía armas para disparar y me lo habían dicho, también, dos días antes, no solo, también me lo dijo el señor general Páez, quien estaba al frente de contener la agresión terrorista. Quiero decir, también, a los colombianos lo siguiente: La única prueba no es el video. También ha habido un hecho que aplaudimos: la confesión del patrullero que disparó. Porque todo indica que sus superiores no sabían que se había disparado. Y, además, en el video no se puede identificar al patrullero, porque el patrullero tiene una vestimenta que impide identificarlo. Esa confesión del patrullero también hay que valorarla. Yo creo que es importante. Aquí, lo grave es no haberle dicho eso a la opinión pública, con total ceñimiento a la verdad, desde el primer momento en el cual nos referimos públicamente al tema. Paso al tema de tierras en el departamento del Cauca: Primero, los colombianos deben saber que este Gobierno ha dialogado permanentemente con esta comunidad indígena del Cric. El señor Vicepresidente de la República ha hecho enormes esfuerzos, los diferentes ministros y, en algunas ocasiones, también lo he hecho yo. El Gobierno, con mi presencia, estará, Dios mediante, a las 9:00 de la mañana, el próximo domingo en la ciudad de Popayán, para tener el nuevo diálogo que están reclamando estas comunidades indígenas con sus representantes. Un diálogo público. Este es un país de opinión, este es un Estado de derecho, un Estado de opinión, y la ciudadanía tiene el derecho a conocer todos estos temas en detalle. Tierras. Colombia tiene 115 millones de hectáreas. Las comunidades indígenas de la Patria, 30 millones 733 mil 796 hectáreas, el 2.2 – 3.2 (por ciento) de la población tiene el 27 por ciento de la tierra. A mí me preocupa cuando veo esos vídeos en la televisión internacional, que desconocen que este país ha sido un país respetuoso de la diversidad, que este país ha sido un país respetuoso de aquellos compatriotas que constituyen lo que se llama minorías étnicas, que este país ha hecho esfuerzos democráticos muy grandes, como este esfuerzo que arroja el resultado de que el 2.2 (por ciento), 3 por ciento, 3.2 (por ciento) a lo sumo de la población, que es el porcentaje que representa la población indígena en universo poblacional de la Patria, tiene el 27 por ciento de la tierra. Eso no se puede ignorar. Yo le pido a los medios de comunicación internacionales, que tienen en Colombia todas las garantías, que están en esas protestas, que vigilan milímetro a milímetro a la Fuerza Pública, milímetro a milímetro al Gobierno, que también le digan al mundo la verdad completa de cómo ha sido este país en materia de respeto democrático a la diversidad nacional. En el Cauca. El departamento del Cauca tiene 2 millones 930 mil 800 hectáreas, 721 mil 763 son de las comunidades indígenas. Esto es: tienen las comunidades indígenas el 24.6 por ciento del área total del departamento del Cauca. El departamento tiene un millón 268 mil 937 habitantes, de ellos 248 mil 532 son integrantes de las comunidades indígenas. Las comunidades indígenas del Cauca representan el 19.6 por ciento de la población y tienen el 24.6 de la tierra. Me dirán: ‘toda esa tierra no es productiva’. En realidad, mucha tierra de esta es páramo. Hay que cuidarlos porque son los nacimientos de agua. Del área productiva, los compatriotas de las comunidades indígenas, que repito, representan el 19.6 por ciento de la población, de la tierra productiva tienen el 33.1 por ciento. Hay que hacer una aclaración. Algunos sectores de opinión en el país y por fuera dicen: ‘no, es que es un departamento de latifundistas, que maltrata a las comunidades indígenas’. La realidad es otra, como lo acabamos de demostrar. Además es un departamento que tiene una muy numerosa y muy importante comunidad afrocolombiana, y tiene una gran cantidad, muy importante, de campesinos mestizos. Cuando miramos el tamaño de la propiedad rural en el Cauca, encontramos que hay un inmenso predominio de la propiedad pequeña. Predios. De cero a 20 hectáreas, el 27 por ciento. De 20 a 200 hectáreas, el 33 por ciento. Empresariales: de 200 a 1.000 hectáreas, el 15 por ciento. Predios grandes, de más de 1.000 hectáreas, hay 83 en el Cauca. De esos 83 predios de más de 1.000 hectáreas, 75 pertenecen a las comunidades indígenas. Es bueno que esto lo conozcamos todos los colombianos. Como lo he informado al país en los últimos días, este Gobierno encontró dos compromisos: uno a raíz de la masacre de Nilo de 1991, que obliga al Estado colombiano a comprar 15 mil 663 hectáreas. Han sido adquiridas 11 mil 866. Faltan 3 mil 796 hectáreas. Segundo compromiso: un decreto de 1999. El Estado colombiano se obliga a comprar 8 mil hectáreas. Ha adquirido 4 mil 673. Ha titulado 7 mil 648. Los compatriotas indígenas dicen que no aceptan las tituladas, porque ellos eran poseedores o tenedores. El pasado sábado expresé que el Gobierno no alega eso. Lo ha titulado pero está bien, que no lo contabilicen para el cumplimiento de los compromisos, dejémoslo aparte. Es otro gran esfuerzo que ha hecho este Gobierno, pero no lo incluyamos para restarle a estos dos compromisos. ¿Cuánto falta por adquirir? Los dos compromisos suman 23 mil 587 hectáreas. Se han adquirido 16 mil 539, faltan 7 mil 48. De las 7 mil 48 ha habido especialmente dificultades con mil, que se deberían adquirir en Caldono (Cauca). Pensábamos que se adquirían con un presupuesto entre 2 y 3 millones por hectárea, y eso ha adquirido un valor comercial alrededor de 15 millones por hectárea. Pero el Gobierno ha dicho: así como hemos hecho el esfuerzo en estos años de comprar ya 16 mil 539 hectáreas, vamos a hacer el esfuerzo para comprar las 7 mil 48, en medio de todas dificultades presupuestales. Lo adquirido hasta ahora vale 33 mil millones, y estamos adquiriendo otras tierras. El Gobierno reitera su voluntad de cumplir esos compromisos. Quiero decir lo siguiente: en un acuerdo que se hizo en Popayán hace algunos años, durante este Gobierno, con la comunidad indígena representada por el Cric (Consejo Regional Indígena del Cauca), el Gobierno se comprometió a honrar estos compromisos derivados de Gobiernos anteriores, y los indígenas se comprometieron a no realizar hechos de fuerza. ¿Cuándo se suspendió la adquisición de tierras en uno de estos compromisos? Cuando se presentaron los hechos de fuerza, los hechos de invasiones, los hechos de ataques terroristas contra la Fuerza Pública. El Gobierno, el Ministerio de Agricultura, validamente dijo: estoy comprando tierras para honrar estos compromisos, no puedo seguir comprando porque ustedes han violado su compromiso, que era no apelar a los hechos de fuerza. La protesta social El Gobierno respeta la protesta social, el Gobierno lo que no permite es la violencia. En alguna forma a este Gobierno lo ensayaron en septiembre de 2002, cuando acabamos de llegar, y bloquearon las vías del Cauca. Yo le dije a la Fuerza Pública y a la entonces Ministra de Defensa, Marta Lucía Ramírez de Rincón, que más se demoren en llegar a bloquear, que nosotros en llegar a desbloquear. Yo tengo una imagen que me golpea mucho: visité a Popayán en 1999 y la ciudad estaba con hambruna, por un bloqueo indígena de las carreteras. Este Gobierno no permite bloqueos, y este Gobierno no convive con violencia. La violencia la enfrentamos con toda la dureza, como con toda la contundencia democrática respetamos la protesta social. Protesta social la respetamos, la violencia no la admitimos. Estaremos en Popayán, Dios mediante, el domingo en la mañana, para tener ese diálogo público. Un indígena de Tierradentro, que hoy pude hablar con él gracias a una intervención de Mauricio Puerta, quien ha realizado una muy noble tarea de construcción de convivencia en Tierradentro, me decía hoy que tienen cinco puntos para manifestarle al Gobierno. Allá estarán los Ministros acompañándome para responder esos cinco puntos en un dialogo público, como públicos tienen que ser estos temas en un Estado de opinión. Compatriotas buenas noches y muchas gracias”. |
Alocución del Presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez
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Alocución del Presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez
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