Señor Presidente:
No voté por Usted, lo confieso, y por eso no acudo a Su Señoría en calidad de adepto, seguidor o copartidario. Lo hago, primero, en calidad de Colombiano investido de derechos y deberes y lleno de expectativas por el futuro de esta maltrecha Colombia; y, segundo, como caldense que llora su evidente atraso y una parálisis en su desarrollo.
Y me atrevo a acudir a Usted, Señor Presidente, con la confianza de que sabrá recordar todo lo que esta tierra aportó en su formación desde sus inicios laborales en Café Liofilizado (algo que en sus campañas siempre reconoció) y lo que el departamento de Caldas le ha aportado histórica y económicamente a Colombia. Es Usted testigo de excepción de lo que el café caldense ha representado para diversos sectores de la economía nacional, que se han valido de la fortaleza cafetera para superar sus crisis individuales. ¡Ya es hora de una compensación mínima!
Caldas está presa y acorralada por una clase dirigente privada que se apoderó de los gremios y, desde allí, han contribuido a depreciar el departamento y a saquear las arcas de sus más ambicioso proyectos; entre ellos y como primer bastión, el Aeropuerto del Café.
De ahí que requiramos de su intervención directa en el mencionado proyecto para arrebatárselo de las manos a quienes quieren permanecer apoltronados en él, ya sea para cuidar sus espaldas de las manos de la justicia, o para seguir aprovechando la importancia financiera para sus lucros personales. Necesitamos contar con su apoyo, Señor Presidente o, al menos, prescindir de su oposición a la región que se está haciendo cada vez más evidente.
Es cierto que no obtuvo Usted la votación deseada en nuestro departamento. Pero debe también reconocer que en la contienda por la presidencia lo emulaba un candidato caldense cuyo nicho electoral natural es Caldas y cuya fuerza representaba la esperanza de que, después de sus primeros cuatro años en el Gobierno, lo sucediera alguien a quien le interesara de verdad el departamento y lo ayudara a superarse.
Aerocafé fue su compromiso público en la pasada campaña electoral. Lo dijo ante los medios de comunicación y ante la clase política caldense (mucha de ella hoy hace parte de sus bancadas mayoritarias en el Congreso de la República); lo anunció como estandarte de sus propósitos con Caldas y se comprometió a destinar los recursos que se necesitaran para llevar a buen fin este proyecto vital en la recuperación regional.
Aún recuerdo sus palabras en un homenaje que le rindieron en el Club Manizales, cuando su Ministro de Transporte era Germán Cardona: “El hombre es dueño de su silencio y esclavo de sus palabras”; y se lo dijo aupándolo a que cumpliera con su departamento y honrara su palabra. Lastimosamente el entonces Ministro no hizo ni lo uno, ni lo otro.
Pero es hoy su oportunidad de aplicarlas, Señor Presidente. Solo le pido que cumpla sus compromisos de campaña con el departamento de Caldas y le de el aire que necesita nuestro aeropuerto. No nos discrimine más por los resultados electorales; es Usted el presidente de todos los colombianos y este pueblo necesita ser mirado con ojos objetivos y alejados de resentimientos o prevenciones.
Entiendo por último, doctor Juan Manuel, su indiferencia por este proyecto pues ha estado rodeado de podredumbre y se le ha tendido una cortina pestilente; pero los verdaderos responsables de la debacle ya van quedando en evidencia y tendrán que asumir sus consecuencias judiciales y sociales. Adopte Usted entonces a Aerocafé y nombre un equipo de su entera confianza, alejado de quienes lo han manejado y saqueado durante años; asúmalo como suyo y ayúdenos a desarrollarlo lo más pronto posible pues es la prioridad para nuestro departamento. La prioridad para este Caldas que Usted ha dicho en sus campañas electorales que lleva en el corazón.
Cordialmente,
JORGE ENRIQUE PAVA QUICENO
C.C. 10.259.699 DE MANIZALES
@titepava