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Censuras a EPM

El 17 de marzo pasado entrevistó el señor Fernando Londoño en su excelente programa La Hora de la Verdad a la brillante concejala de Medellín, María Paulina Aguinaga, con la idea de intercambiar puntos de vista sobre la conveniencia de vender o no las acciones de EPM en Isagén a la inversora canadiense Brookfield.

 

Pero las observaciones de ella sobre algunos desaciertos de EPM resultaron, quizá, tanto o más importantes que el tema propuesto por Londoño. Resumo a continuación cuanto alcancé a comprender de estas observaciones, sujetas, desde luego, a malos entendidos de mi parte.

 

Sostuvo la concejala que EPM se ha convertido en la gallina de los huevos de oro para los alcaldes de Medellín, quienes cada cuatro años nombran un gerente, por lo general otro secretario sumiso de la alcaldía, sin mayores conocimientos ni experiencia para dirigir una gigantesca empresa de alta ingeniería que no puede regirse por criterios políticos, como parece estar sucediendo.

 

Los excelentes funcionarios internos nunca son merecedores de dicho ascenso. Los gerentes caen del Cielo para que les transfieran a las alcaldías el 55% de las utilidades ordinarias y extraordinarias de EPM. Cuando quien escribe fungía como gerente financiero de EPM, la banca internacional prestaba solo el 50% del costo de un proyecto, el otro 50% debía provenir de los recursos de EPM. Si esto todavía funciona así, sospecho que EPM no les debería transferir nada o casi nada a los alcaldes mientras se construye Hidroituango o se realiza cualquier otro mantenimiento o proyecto de envergadura.

 

Malos negocios esbozados por la concejala Aguinaga. Para adquirir una concesión por 17 años de un acueducto en Antofagasta para los chilenos, invirtió EPM 970 millones de dólares, con el fin de ganarse la licitación con una oferta superior en 300 millones de dólares sobre el segundo oferente. Una de las justificaciones del negocio era aprender sobre plantas desalinizadoras del agua de mar.

 

En tanto que en Medellín existen barrios como la Iguaná y Buenos Aires, donde habitan 220.000 medellinenses que carecen de la calidad y del abastecimiento del agua potable que disfruta el resto de la ciudad, porque inexplicablemente, están desconectados de la red general. Conectarlos costará 100.000 millones de pesos. Algo más, en Turbo no hay agua potable. En La Pintada, el líquido es insuficiente y lo mismo acontece en muchos otros municipios del Departamento.

 

EPM compró el 50% de Orbitel, ´supuesto líder’ en comunicaciones internacionales por su programa Wimax, por 85 millones de dólares. Una firma especializada contratada por la Contraloría valoró a Orbitel en 33 millones de dólares. El programa Wimax resultó un fracaso, EPM perdió 52 millones de dólares.

 

A UNE lo descapitalizaron en 1,4 millones de dólares para la controvertida inversión de los deprimidos de Parques del Río. En la alianza entre UNE EPM Telecomunicaciones, Millicon y el enanito de Tigo, se perdieron el año pasado 273.000 millones de pesos.

 

Como consecuencia de lo anterior, se estima que EPM comienza a estar algo endeudada y que la venta del 13% de sus acciones en Isagén se canalizaría a reducir su endeudamiento. Pero no sucederá así para los concejales que aprobaron la venta, 12 votos a favor y 9 en contra.

 

De los 1,48 billones de pesos provenientes de esta venta a Brookfield, unos 600.000 millones de pesos se destinarán al Corredor Vial de la Carrera 80, controvertido proyecto mucho menos importante para Antioquia y para el país que haber conservado el 13%, tal como acertadamente lo recomendaba la concejala Aguinaga en contra del señor Fernando Londoño quien recomendó vender.

 

Quiera el Cielo que los daños de los cables de la Centrales Hidroeléctricas de Guatapé y de Playas no hayan sido consecuencia de una tardanza en el mantenimiento de estos por carencias y transferencias de fondos. EPM le ha manifestado a la prensa que el mantenimiento de Playas no la sacará de servicio.