Bogotá, 3 de noviembre de 2015 (CD). El siguiente es el texto de la intervención del expresidente Álvaro Uribe Vélez durante la sesión plenaria.
“Este debate es un debate bien importante y ha tenido actores sumamente constructivos. Quiero referirme con el mayor respeto a la intervención que acabamos de escucharle al doctor Horacio Serpa, Senador de la República, y voy a procurar estar a la altura del respeto que él siempre ha expresado al manifestar sus puntos de vista.
La sustitución de la Constitución.
Piensa el Senador Serpa que el Congreso lo que hace es autorestringirse, yo creo que no, yo creo que la Constituyente, de la cual usted fue copresidente, delegó unas funciones para que no se excedieran y de ese esquema surgió un constituyente delegante y unos constituyentes derivados como el referendo, el Congreso o una constituyente.
Y lo que queda claro de las actas y de la interpretación que ha hecho la Corte Constitucional es que solamente la Constituyente, como expresión del pueblo soberano en virtud de aquel principio que ustedes incorporaron de que la soberanía reside en el pueblo, es la única que puede cambiar la estructura del Estado, la relación entre los poderes y la misma manera de reformar la Constitución.
Entonces cuando hablamos de la teoría de la sustitución constitucional yo no creo que estemos creando unos pánicos y evitando y restringiéndole competencias al Congreso, creo que lo que estamos es leyendo cuidadosamente las sentencias de la Corte e interpretando bien las actas de la Constitución del 91.
El tema de qué van a decir los jóvenes dentro de 40 años, tema muy bien traído, originado, imaginativo, pertinente, traído por el Senador Alfredo Ramos, y la respuesta, no del doctor Horacio Serpa, no del Senador Horacio Serpa, sino de otra persona ¿No? es que ya no va a estar rigiendo esto que se aprobó, dejará sus efectos.
Habrá la posibilidad que un grupo de esos jóvenes se pregunte: ‘¿y por qué hicieron esta reforma sustituyendo la Constitución y dieron estas facultades ilimitadas, y le frustraron al pueblo colombiano el discernimiento, simplemente para atender la exigencia del mayor cartel de cocaína del mundo, de un grupo responsable de miles de desapariciones, un grupo que entre 1998 y 2003 fue responsable de mil 794 secuestros?’
Y un joven acucioso de la historia podrá decir: ‘¿y por qué si mi patria tenía una democracia respetable, aquel Congreso de aquel Gobierno la trataron para beneficiar a las Farc, como que las Farc hubieran tenido en una dictadura que no existió en mi patria la justificación de todas sus atrocidades?’
Yo creo que esto hay que pensarlo porque esto puede tener unos efectos temporales, pero puede tener un precedente para muchos años; ya lo intuíamos hoy de uno de los aspirantes a la Corte Constitucional cuando nos dice que es que lo que falta con las Farc es lo que le quedó faltando a la Constitución del 91. Yo inmediatamente pensé: ¡Ah! Entonces esto va a ser el precedente para que después nos digan que lo que le faltó a esto es lo que le faltó con el ELN y después que lo que le faltó al ELN fue lo que faltó con las Bacrim. Yo sí creo que hay que poner cuidado y mirar con mucho respeto el juicio que pueden tener los jóvenes que en unos años estudien estas reformas.
Se refería el senador Horacio Serpa a Pepe Mujica, a la señora presidenta del Brasil y a otros. Yo no creo que se pueda comparar los países. Mujica participa en una guerrilla para oponerse a la dictadura de Udalberri en el Uruguay; la presidenta Rouseff para oponerse a la larga dictadura de los militares del Brasil. La nuestra ha sido una democracia respetable.
Aquel día cuando aquí escuchamos al exmagistrado Henao yo sentí mucho dolor, y hoy es uno de los inspiradores del Gobierno, porque él presentó aquí un memorial de agravios contra nuestra democracia para justificarle todo a las Farc, pero le faltó lo más importante al exmagistrado Henao, le faltó reconocer que la democracia colombiana, sin someterse al terrorismo, ha sido capaz de corregir sus dificultades.
Ustedes en la Constituyente no tuvieron que someterse al terrorismo para crear los mecanismos de participación, ni para crear la acción de tutela, no tuvieron que someterse al terrorismo para incorporar la elección popular de gobernadores que recién se había incorporado por proyecto de Álvaro Gómez Hurtado, hoy en buena hora recordado aquí por el Senador Gerlein que se había incorporado pocos años antes.
Más yo siento mucha tristeza que esta democracia nuestra la estemos comparando permanentemente con dictaduras para justificar esta claudicación ante las Farc.
Pero mientras hay estas reflexiones respetuosas del doctor Horacio Serpa, a mí me preocupa que el senador Barreras aprendió de lo bueno de mi gobierno para hacerse elegir en el 2010 y ahora invoca lo malo para justificar estas atrocidades.
No veo que contesten aquí las preguntas de los senadores, la pregunta que hizo el Senador Macías: ¿Qué piensa el Gobierno del artículo del senador Navarro? No contestan esas preguntas, sin embargo sibilinamente van pasando, consiguen las votaciones, aprueban todo y después con cinismo dicen: les viene su merecido, y entonces sale con el sofisma.
La verdad sobre el referendo de 2003, primero, fue anunciado en una larga campaña presidencial.
Segundo, fue presentado el 7 de agosto de 2002, discutido largamente en este Congreso que le introdujo muchas modificaciones, un largo debate nacional, punto por punto. Recuerdo esos programas de televisión de los maestros oponiéndose a la congelación de los salarios, etcétera, etcétera.
Tercero, nunca se pretendió alterar la ley estatutaria que le prohibió a ese referendo que coincidiera con otro certamen electoral, lo que hizo este gobierno. Cuando este gobierno propuso el referendo tramitó una ley aquí para que pudiera coincidir con otro certamen electoral afectando totalmente el espíritu del Constituyente del año 1991, que cometió ese referendo de dar la posibilidad que en su texto original de que los ciudadanos marcaran punto por punto o en bloque, sí, un error, pero no es como lo leyó el senador Barreras, habían las dos opciones. Y ve uno jovencitos asesores de este Gobierno, muchos de los cuales fueron asesores del gobierno mío, hoy buscando los errores que ellos ayudaron a concebir y que también tuvimos en buena hora que enmendar para justificarle atropellos a este Gobierno.
Toda la gracia que tiene, cuando yo digo algo aquí es correr a buscar qué fue lo que propuse yo en esa materia y leen mal, porque el artículo como estaba en el texto original permitía que se votara en bloque o artículo por artículo, y quedó mal. Yo habría preferido, y hoy lo reconozco ante los colombianos; estamos derrotados nosotros pero no estamos desalentados.
Queridos ciudadanos, yo no estoy, yo no estoy en estas alturas de la vida para simplemente apegarme caprichosamente a decir que todo quedó bien hecho, habría sido mejor que desde el texto original del referendo de 2003 se hubiera dicho que los ciudadanos votarán punto por punto y no haber abierto esas dos opciones, como lo dijo finalmente la Corte Constitucional.
¿Y por qué se perdió ese referendo con esa votación tan grande? Por una trampa, porque el Consejo Electoral no quiso descargar las cédulas de los muertos, las vino a descargar años después, que descargó el censo electoral cédulas de cuatro millones.
¿Y por qué se perdió ese referendo? No por falta de votos, que tuvo la votación positiva, abrumadora, se perdió porque contabilizaron en el censo electoral 700 mil cédulas que habían sido expedidas pero no repartidas.
Esos son los errores que debería haber recordado el senador Barreras hoy, son los errores que los jóvenes asesores del Gobierno deberían estar estudiando para que el país no cometa esos atropellos contra la democracia.
¿Por qué se perdió ese referendo? porque incluyeron en el censo electoral las cédulas de 43 mil militares que no podían votar.
Pero de lo que si me siento halagado es de la manera como se discutió, como respetamos el espíritu de la Constitución del 91, como se convocó a los colombianos en un día diferente a cualquiera que coincidiera con un certamen electoral. Y entonces lo que si me da tristeza a mí es que se utilice el sofisma para justificarle al país un referendo, un plebiscito.
Primero, yo he oído muchas veces a Iván Duque decirle a nuestra bancada: si la refrendación es un referendo con los requisitos de la Constitución del 91, con el umbral, con la separación punto por punto, eso está bien.
Cuando le prometieron al país ese referendo, rapidito le aprobaron la trampa, que podía coincidir con otro día de otro certamen electoral, y ya no les sirve el referendo, entonces, ahora lo que quieren es llevar a los colombianos a un plebiscito, para que los colombianos todo ese texto, complejo y grande no tengan opción distinta a decir sí o no. Eso sí que hace daño.
Y entonces hoy nos pusieron aquí en el dilema de aprobar todo o la guerra; varios dijeron, dijo una Senadora allí que si no se le aprobaba esto a las Farc era porque queríamos la guerra ¡Ay! Oyéndola, recordaba yo como se rasgaban las vestiduras contra los paramilitares y como se avalanchan hoy a abrazar a las Farc.
Y lo que sí quiero que escuchen mis compatriotas es: ¿cuál es la diferencia entre las masacres de paramilitares y las masacres de las Farc? ¿Cuál es la diferencia para darle ese tratamiento indulgente a los unos y a los otros condenarlos, que todos deberían estar condenados? ¿Cuál es la diferencia?
A mi me parece bien delicado las facultades omnímodas al Presidente en materia de asuntos que puedan ser objeto de ley ordinaria, él los sustituye, delicado este procedimiento abreviado para reformar la Constitución que se lo aboga un Congreso no competente para ello.
A mi si me parece delicado que la refrendación que se está anunciando sea un plebiscito, y que lo que diga, no, es que ganamos. Yo se los digo desde una situación de minoría: ¿le van a negar al pueblo colombiano el derecho a decir cómo le gusta la paz?
¿Entonces porque ganaron, porque las bancadas aquí presentes constituyen una mayoría, el pueblo colombiano no tiene derecho a decir: ‘me gusta la paz, pero no apruebo la impunidad’ y obligan al pueblo colombiano en aras de la paz a tenerle que decir sí a todo en un plebiscito propio de las dictaduras?
Pero no hay más camino que dejar esto aquí como constancia y seguir apelando al pueblo colombiano.
Por lo pronto: en minoría sí, pero queridos amigos del Centro Democrático, sin desaliento.
A usted doctor Serpa, mi respeto, siempre discutir con usted enaltece, la manera como usted presenta sus puntos de vista, convencido de ellos.
No quería haberlo dicho al Senador ponente, pero me veo obligado a decirlo, él se va, yo siento aquí… están suspendidas las corridas de toros en Bogotá pero él tiene todas las mañas para engañarnos a nosotros como un buen matador y enseguida sale y se va.
Entonces, aquí yo no quería decir esto en su ausencia, pero sibilinamente aprueban esto, enseguida nos desafía, nos dice cosas imprecisas y sale y se va. ¡Hombre! Por lo menos ya que invoca tanto lo malo de mi gobierno, del cual él se benefició tan ampliamente, debería por lo menos aprender algo del carácter del presidente que él apoyó tanto en el pasado.
Gracias señora presidenta.
(FIN)