Han pasado tantas cosas y dejado de pasar otras en tan corto tiempo que he decidido hacer un breve resumen de mi opinión al respecto, de cuestiones que cuestiono. Ya habrá tiempo para profundizar un poco más en cada tema.
Digo NO a que Isagén pase en un ciento por ciento a manos privadas. Y digo NO, NO, a que la mayoría caiga en manos de extranjeros. ¿Qué tal los chinos dominando Isagén? ¿Y dónde queda la seguridad energética, tema de seguridad nacional? Que la Casa de Nariño busque otras maneras de tapar el hueco fiscal. La austeridad, rebajar la nómina presidencial y los contratos para intentar mantener alta la imagen del Gobierno nacional, (que de poco han servido), eliminar la “mermelada”, son algunas, pero hay más.
Siempre me dolerá la muerte de los soldados indefensos en Buenos Aires, Cauca. Pero no me duele menos la débil, fría y tardía respuesta del Gobierno nacional. Los soldados son seres humanos y como tal merecen la misma consideración que cualquier encumbrado personaje.
Si se negocia en medio del mal llamado conflicto, no había razón alguna para dejar en tierra a la Fuerza Aérea Colombiana, la mayor fortaleza de nuestras Fuerzas Armadas. Que las Farc estaban en cese el fuego unilateral. Eso dicen, pero, ¿cuántas veces lo habían violado? Que la FAC no pudiera volar era, ni más ni menos, que responderles a las Farc camufladamente con gestos de bilateralidad.
A propósito: Por estar la FAC paralizada no hubo quién defendiera a los soldados de Buenos Aires. Además: ¿No es esto un desestímulo a quienes ponen en peligro la vida para proteger la del resto de colombianos? Con razón tantos policías pidieron la baja y a tantos otros los llamaron a calificar servicios. Y que no vengan con el cuento de que “es normal”. ¿Por montones? Algo pasa que no parece tener nada de normal.
¿No serían las Farc las que exigieron que se suspendiera la fumigación aérea con glifosato, a pesar de que durante el gobierno de Santos ha bajado la cifra general de erradicación de cultivos ilícitos, sea manualmente o por vía aérea? El glifosato tiene bajísimo nivel de toxicidad, según ficha técnica de Yaser Ltda., una de las firmas que estudia este tema. Pero recordemos cómo han aumentado los cultivos ilícitos en la frontera con Ecuador, por petición del presidente Correa de eliminar la fumigación aérea, y como consecuencia ha aumentado el consumo de droga y la violencia. ¡Imaginémonos lo que serían las Zonas de Reserva Campesina habitadas por farianos y con cultivos ilícitos, necesarios para poder vivir con bastante dinero, como están acostumbrados, fruto de la exportación por distintas rutas, incluidas las venezolanas!
Y a propósito: ¡Qué debilidad la del presidente Santos y de su canciller Holguín con el tema de los presos políticos en la tierra de Bolívar! Todo porque al inmaduro Maduro hay que contemplarlo, no sea que se marchite. ¿Por qué? ¿Acaso su modelo de gobierno es ejemplar? ¿Un gobierno fracasado, que ha ido eliminando la empresa privada y las libertades fundamentales, esencia de una verdadera democracia?
Dejar en Santos, tan voluble él, la potestad de refrendar los acuerdos con las guerrillas por medio de una ley habilitante es renunciar al deber ser: que sea el Constituyente Primario, los colombianos, los que aprobemos o improbemos dichos acuerdos. Primero creía que era solo por el sueño dorado de Santos: el Nobel. Pero ahora entiendo: Se debe también, entre otras, a su baja popularidad, 29 por ciento; a la imagen desfavorable de la guerrilla en conversaciones, 70 por ciento; y de la justicia, 79 por ciento, según la encuesta Gallup de esta semana.
Dirán quienes me lean que soy enemiga de la paz. No lo soy. Llevo años soñando con ella, con una paz construida entre todos, incluidos los violentos, pero en un marco de responsabilidad, dignidad, disciplina y orden, generosidad, que se remita a un Estado Social de Derecho, jamás a una dictadura de las que empiezan a proliferar en pleno Siglo XXI.