El pasado 9 de Marzo fueron llevadas a cabo las elecciones al Senado y Cámara de Representantes. Los resultados del escrutinio generaron mucha conmoción, y al final del día solo había dudas sobre la veracidad del conteo de votos.
En el día del sufragio las noticias solo reportaban la calidad inigualable con que era vigilado el proceso de votación, la seguridad en las mesas y alrededor de ellas, la integridad de los jurados, y la unión de tantas fuerzas para proteger el voto de los colombianos porque el gobierno quería garantizar que fuera un proceso estrictamente democrático.
Sin embargo, muchos se preguntaban por qué después de media noche la Registraduría dejó de dar resultados. Qué raro que de una actualización de datos a otra el Centro Democrático haya sido superado por el partido de la U por unos aproximadamente 300.000 votos, qué raro que la fuerza política que tenía el primer lugar en las votaciones (y por mucho) de repente se estancara y dejara de sumar votos, como si hubiera sido suspendida, como si los colombianos no hubieran votado por ella.
Es entonces cuando se puede cuestionar la legitimidad de las elecciones, qué pasó, quién responde. Ha pasado una semana y el Centro Democrático tiene miles de votos que le confió Colombia y que las instituciones del Estado no han reconocido aun. A esto solo se puede pensar que existe gran temor en el gobierno al observar que llegó un nuevo partido a quitarle los puestos, literalmente hablando.
El Centro Democrático se hizo partido por la confianza que los colombianos depositaron en él, porque saben que una verdadera democracia necesita oposición, y ese será el papel del Centro Democrático, que será la piedra en el zapato de aquellos que creen que pueden hacer con la riqueza del país lo que se les venga en gana, sin medir la afección que ello genera en aquellos que los eligieron.
Este nuevo partido, que triunfó como nunca antes lo había hecho otro, está comprometido con Colombia. Cada Senador, comenzando por el primero en la lista, Álvaro Uribe Vélez, legislará sobre las políticas vigentes del actual gobierno, y propenderá porque aquello que se evalúe pase por el filtro de la justicia.
Ahora comienza en Colombia una nueva etapa, y una semana después de las elecciones el país entero hace conciencia del apoyo arrollador con el que cuenta el Centro Democrático. Un partido político que tiene representación, que cree en la democracia, que promueve la seguridad, que se abandera con la justicia, y que tiene mano firme y corazón grande dispuestos al servicio de los colombianos.
Por: @CamilaSaNu