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EPM, en pausa

El diario El Colombiano publicó el pasado 11 de mayo una oportuna entrevista con el nuevo gerente de EPM, señor Jorge Londoño, en la cual dijo que: luego de varios años de expansión a nuevos países, de una profunda transformación organizacional y de atender demasiados frentes de obra al mismo tiempo, a Empresas Públicas de Medellín, EPM, le llegó la hora de hacer una pausa y marchar con cautela.

 

Uno de los comentarios más importantes del señor Londoño para aplicarle el freno de mano a las nuevas expansiones radicó en el indicador contable, cociente entre la deuda neta y el Ebitda. De acuerdo con el diccionario económico, Investopedia, este indicador mide la capacidad de las empresas tanto para reducir sus deudas como para endeudarse más. Los bancos comienzan a ser reacios para prestarles a las empresas con cocientes de deuda neta/Ebitda cuando son mayores de 4 años. Este indicador para EPM, reconoció Londoño, asciende hoy a 3,5 años.

 

¿Cómo se calcula este indicador? Se suman todas las deudas a largo y a corto plazo que causan el pago de intereses y se les resta la suma del dinero en caja más las inversiones equivalentes a caja. Esta cifra se divide por el Ebitda, indicador conocido como el resultado de tomar las utilidades operacionales anuales –no las netas- antes de restarles los intereses, los impuestos, las depreciaciones y las amortizaciones.

 

Los billones a continuación se representan por el número uno seguido por doce ceros. Los pasivos o deudas de EPM suman hoy $23,1 billones, la caja y equivalentes $10,5 billones, la deuda neta $12,6 billones y el Ebitda $3,6 billones. Como referencia, los ingresos o ventas anuales alcanzan $13,9 billones, un poco más que la deuda neta. Más claramente, si todas las utilidades operacionales anuales –no las netas- las dedicáramos sin retarles impuestos, ni intereses, ni depreciaciones… a pagar las deudas de EPM, tardaríamos 3,5 años.

 

¿Por qué se llegó a tan difícil situación? Resumo así las razones del Gerente: la devaluación incrementa en pesos las deudas adquiridas en dólares; el fenómeno de El Niño y el daño de Guatapé los han obligado a comprar energía en Bolsa; las grandes inversiones en la hidroeléctrica de Ituango; y, finalmente, las elevadas y controvertidas inversiones de EPM, ISA y Metro de Medellín, en los Parques del Río.

 

Y agrego, culpa también de las malas o no prioritarias inversiones de algunos de los alcaldes y sus juntas directivas en EPM para invertir en el exterior y para las injustificadas y elevadísimas transferencias de las utilidades de EPM a las alcaldías aludidas. Prioritario revisar las inversiones tanto domésticas como en el exterior para clausurar las poco rentables.

 

Las buenas noticias. Manifiesta Londoño estar de acuerdo con el alcalde Federico Gutiérrez y con su junta directiva para retirarse de la sociedad Parques del Río; en terminar los 2.400 megavatios de potencia de Ituango; en participar en los 600 MV de Espíritu Santo y los 56 MV de Santo Domingo; en instalar una planta de tratamiento de aguas residuales en Bello; en suministrarle agua potable a toda la ciudad –La Iguaná y Buenos Aires- y a las regiones del departamento, en especial Urabá, maravilloso plan; en la protección de los bosques en las 90.000 hectáreas que posee EPM… entre muchos planes más.