En la guerra la primera víctima es la verdad. También parece serla en las negociaciones con actores armados. Y aún más, cuando la reelección depende de los criminales con los que se negocia. Las mentiras o verdades a medias se hicieron sistemáticas para este Gobierno. Buscan justificar la actuación y obviar el chantaje de los narcoterroristas, para mantener una opinión favorable que rente puntos en las encuestas. Lo importante es no quedar al descubierto, aunque tenga que pagar el favor a las Farc. Ahí están los recientes desaciertos. Se habilitó la extraña liberación de “Julián Conrado”, el “cantante de las Farc”, así no más; se ocultó el derribo del helicóptero en Antioquia; y habrá que ver si luego se disculpa la barbarie reciente de la motocicleta bomba en Pradera. Mientras las Farc frotan victoriosas sus manos, el Gobierno luce más atrapado por los diálogos, y la sociedad aún más confundida e incrédula.
El Gobierno no necesitaba mentir a propósito de la cancelación de la extradición de “Julián Conrado”. No es claro si lo hizo porque las Farc lo indujeron o si lo llevó a Cuba por exigencia de las Farc, con el argumento de que iba como negociador, cuando la realidad era otra. No es la primera vez. Primero fue “Pablo Catatumbo” y ahora el “Cantante”. Quién sabe si en el desfile hacia el lavadero de delitos de La Habana se incluyan otros aliases, como “Isaías Trujillo”, “Román Ruiz” o “Rubín Morro”, comandantes del Bloque Iván Ríos, hoy en desobediencia de sus mandos que negocian en Cuba.
Ahí está el Frente 36, uno de los primeros en violar la tregua de 2012 y que repitió la jugada en este segundo cese unilateral, al igual que las estructuras de Cauca, Norte de Santander, Arauca o Nariño. En inteligencia nadie descarta la autoría de esa célula en el siniestro del helicóptero en Anorí o la del Sexto Frente en la motocicleta bomba de Pradera, aunque en Casa de Nariño apunten a otros móviles y a la tácita e indefensable torpeza de las Farc. Es probable que en el afán releccionista del Presidente, toda la cúpula del Estado Mayor Conjunto de las Farc termine en Cuba. ¿Es parte de las concesiones? Nadie sabe.
El secretismo y las mentiras son evidentes y hoy sirven a las Farc para extorsionar al Presidente. De hecho, otros asuntos “inamovibles” han ido cobrando vida inexplicablemente, como la Asamblea Constituyente. Las Farc ya hablan de 141 integrantes, entre los cuales figurarían guerrilleros. La vía sería el referendo, simultáneo con los comicios. Para eso se reformó el Estatuto de Participación Ciudadana, cuya intención inicial nadie entendió pero que hoy cobra sentido.
Ya está bueno. El Gobierno tiene la obligación de dar transparencia al proceso de paz. Tenemos derecho a saber qué se está pactando. ¿Cuáles son los términos en verdad, justicia y reparación? ¿Con quién se está negociando? Porque 15, 1.500 o 15.000 hacen una enorme diferencia. ¿Qué hay detrás del movimiento de otros cabecillas hacia La Habana y por qué se miente innecesariamente sobre los crímenes que siguen cometiendo las Farc?
Sería un principio para quitarse la cadena de “rehén” y evitar la extorsión de las FARC.
@jflafaurie