Bogotá, 18 de noviembre de 2014 (CD). La siguiente es la intervención del expresidente y Senador Álvaro Uribe Vélez al hacer uso de su derecho a réplica durante la sesión Plenaria.
“Claro que este Gobierno, estimado doctor Serpa, ha puesto a la institución armada en el mismo nivel del terrorismo. Las soluciones jurídicas que les ofrece dependen primero de un acuerdo con el terrorismo.
Segundo, han elevado al terrorismo a actor político. De ahí se deriva que hoy estén diciendo autoridades -me da tristeza tener que señalarlo- el propio Fiscal General, que no se trata de un secuestro sino de una detención. Porque entonces, si son actores políticos, ellos se llaman a tener el derecho de detener o de arrestar como las Fuerzas Armadas lo ejercen frente a los terroristas.
Tienen a los Generales de interlocutores del terrorismo, ya dije en la intervención anterior que para que los generales acepten un proceso de paz, dada su trayectoria de disciplina y de su alternidad, no necesitan ponerlos en el nivel del terrorismo.
Otro tema al cual usted se refiere, el delito político. Yo no soy partidario del delito político donde no hay delitos de opinión. Pero ya que lo tenemos, aprovechemos el delito político para dar, por ejemplo, todas la posibilidades a las bases de esos grupos terroristas, pero no para darle impunidad a los cabecillas del narcotráfico y a los cabecillas del secuestro.
Si hace cuatro años se hubiera exigido el cese de hostilidades, probablemente el proceso no habría empezado tan rápido pero habría empezado con más solidez. Todavía es tiempo.
Y ya que la comunidad internacional está tan interesada en este diálogo, que con la excepción de Venezuela, cuyo Gobierno no está legitimado para participar en este proceso porque es un Gobierno caracterizado protector del terrorismo, que la comunidad internacional le exija a las Farc un cese de actividades criminales, unilateral.
El cese bilateral seria el reconocimiento de la destrucción institucional. El cese unilateral le puede dar una garantía a los guerrilleros que están en Colombia y que de buena fe lo cumplan. Que se ubiquen en un sitio y que allí haya vigilancia de las fuerzas institucionales y que se dé, a esos guerrilleros que cumplan con ese cese, todas las garantías.
Es que además el cese unilateral de actividades crimínales lo necesitamos por la población civil, por los soldados, por los generales, por los policías y por los guerrilleros.
Aquí hay una grave violación ética, no solamente al hablar de paz y legitimar el secuestro de generales y soldados sino al hablar de paz, y mientras unos están a salvo en La Habana, los guerrilleros que están en Colombia están expuestos al riesgo.
(Fin)