Al presidente Juan Manuel Santos le parece "injusta" la baja calificación que le dan las encuestas a su imagen y a su gestión de gobierno, porque él cree que "está haciendo las cosas bien" y considera que debería ser valorado el hecho de que su gobierno "está produciendo buenos resultados".
El Presidente actúa igual a esos estudiantes desaplicados que ganan el año "pasteleando" (léase ganan elecciones con engaño y votos ajenos), y que cuando son evaluados, obviamente, sacan malas notas y dicen que es una injusticia porque han hecho muy bien todas las tareas y que el problema es que les tienen bronca. Sí. La "natural inquina de la oposición que trata de sembrar el miedo y el desaliento", la mano negra de la que tanto habla y a la que responsabiliza de todo lo que le sale mal.
Si bien es cierto que las desastrosas cifras que arroja la encuesta obedecen, en parte, al momento en que fueron hechos los sondeos (paro nacional), es igualmente cierto que responden a la acumulación de los errores cometidos por el Gobierno a lo largo de tres años y a su evidente incapacidad para resolver problemas.
Que su imagen tenga el 21 por ciento de favorabilidad y que el 82 por ciento de los colombianos crea que las cosas en el país están empeorando, pone al descubierto la flaqueza del Gobierno y muestra el estado de ánimo de unos ciudadanos defraudados y pesimistas. Natural consecuencia de tener un Presidente distante, incoherente, indeciso y arrogante.
Es el resultado de un mandato centralista que le quitó autonomía a las regiones y que detuvo la ejecución presupuestal en todo el país. De un gobierno promesero y demasiado estudioso. Por ejemplo: tres años estudiando sobre las Autopistas de la Montaña y lo único cierto hasta ahora es que les cambió el nombre por el de Autopistas de la Prosperidad, y les modificó el trazado inicial para reducirlas a una sola calzada. O la noticia de que ya estudió a quién va a contratar para que realice los estudios sobre el canal del Dique, que se rompió en la temporada invernal de finales de 2010 (hace casi tres años) y que tantos estragos causó.
Sin embargo, el descrédito del gobierno Santos no es nuevo. La aprobación de su trámite, a excepción de los primeros meses, ha sido siempre pobre y en algunos campos hace rato tiene calificación negativa.
Pero, más preocupante que los resultados de la encuesta, es lo que pueda hacer Santos con tal de recuperar su imagen y alcanzar sus objetivos personales. ¿Cuánto más se irá a gastar en mermelada y publicidad? ¿Qué más entregará a los terroristas de las Farc y del ELN, que son los que le imponen la agenda y que van a aprovechar al máximo su debilidad? Sabemos que ahora que se ve perdido y necesita del pueblo, está manejando un discurso diferente sobre impunidad, entrega de armas, etc. discurso que, seguramente mañana va a cambiar y dirá que fue que mal interpretado o bien, que los narcoguerrilleros lo engañaron.
Peligroso un gobierno incapaz, sin liderazgo, sin credibilidad y que lo que no incumple olímpicamente, simplemente lo "recula".
Volviendo a los términos académicos, se puede decir que el Presidente tiene el año prácticamente perdido y ya no existen ni habilitaciones, ni cursos remediales. Pero lo más grave no es perder el año, es que de pronto recurra a procedimientos non sanctos, para tratar de aprobarlo.
FUENTE: elcolombiano.com