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“No hay derecho que se ponga a los generales a abandonar la política de seguridad y a ser interlocutores del terrorismo”

Bogotá, 18 de noviembre de 2014 (CD). La siguiente es la intervención del expresidente y Senador Álvaro Uribe Vélez durante la sesión plenaria.

 

“Dejo para la reflexión de ustedes un ejemplo:

 

La carretera del departamento de Risaralda al centro  del Choco, la carretera de Medellín al centro del Choco están bien avanzadas en su proceso de rectificación, pavimentación, pero la carretera del centro del Choco a Nuquí, fundamental para ese departamento y para nuestro país, un contrato honorable celebrado por el fallecido ministro Andrés Uriel Gallego,  ese contrato lo rescindió este Gobierno y lo que alegó fue que no se pudo adelantar por las comunidades. 

 

Uno deplora que no se adelante esa obra, que no se haya llegado a un acuerdo cuando justamente con las comunidades se pudo hacer la negociación de que ellas se encargaran de cuidar esa área boscosa de protegerla y se les remunerara.

 

Los recientes secuestros de civiles, de militares,  del general Alzate, que a propósito se ha distinguido por ser un gran defensor de los niños y menores contra el reclutamiento de terroristas, a nosotros nos produce reflexiones que nos permitimos proponer sobre como reencausar el proceso de paz.

 

En primer lugar encontramos que la seguridad está bastante deteriorada, mire usted lo que está pasando en el Caquetá, alias Jairo Martínez de las Farc, regresa de Cuba, está allí en un proceso de adoctrinamiento de juntas de acción comunal, nadie puede mover una res, ni un litro de leche en el Caquetá sin pagarle una extorsión a la organización terrorista Farc.

 

Hay control territorial, comunidades silenciadas en el país, se han visto obligadas estas comunidades a guardar a pagar extorsión, a guardar silencio, no denunciar por temor a los grupos terroristas y justamente por el sentimiento de desprotección del Gobierno.

 

Nosotros creemos que se necesita recuperar la motivación de la Fuerzas Armadas, sus garantías jurídicas y sus garantías políticas. No hay derecho que se ponga a los generales de la República a abandonar la política de seguridad y a ser interlocutores del terrorismo de igual a igual.

 

Y darle confianza a la comunidad. Este país llegó a tener una comunidad confiada de cuatro millones 600 mil cooperantes que informaban a las Fuerzas Armadas.

 

A nosotros nos preocupa mucho que para amparar la impunidad se pretenda ampliar el concepto de delito político a delitos como el secuestro y el narcotráfico, y justo cuando el Gobierno Nacional y sus voceros periodísticos estaban hablando del tema viene el secuestro del señor general Alzate y de las personas que con él estaban.

 

Nosotros creemos que la manera como se están conduciendo los acuerdos, tanto los tres temas anunciados, como el preámbulo del cual no se ha vuelto a hablar, ponen en riesgo unas libertades democráticas en Colombia, le crean dudas al sistema de empresa privada.

 

El sistema de empresa privada con inclusión social es lo único que le abre posibilidades a este país de superar pobreza y de construir equidad, y esos acuerdos como los están orientando, le crea todas las dudas al sistema de empresa privada.

 

Nos preocupa mucho lo que está sucediendo aquí cuando recientemente el asesinato de los 42 estudiantes mexicanos, se comprobó que está relacionado de alguna forma con el grupo terrorista Farc, que ha sido el gran proveedor de cocaína a ese cartel de Guerrero, que es el autor del asesinato de los 42 estudiantes.

 

Nosotros hacemos todos los votos por la pronta liberación de los secuestrados y creemos que es un momento de reflexión y de reencausamiento del proceso de paz.

 

Algunos han dicho, a nuestro juicio equivocadamente, que a los generales hay que ponerlos al frente de la guerrilla, que participen en la negociación para que la negociación se lleve a cabo. Nosotros no creemos eso, las Fuerzas Armadas de Colombia son subalternas y profesionales.

 

Ellas para obedecer al Presidente de la República no necesitan que las igualen con el terrorismo,  al igualarlas con el terrorismo lo que se hace es poner en el imaginario  colectivo es la idea de que las Fuerzas Armadas están hablando con sus iguales, los terroristas, y que han abandonado la tarea de la seguridad que es la tarea que fundamentalmente les corresponde”.