De Paloma solo tiene su nombre y un rostro angelical, pues la defensa que hace de sus convicciones políticas, las del uribismo purasangre, muestran todo lo contrario.
Admite que es de familia conservadora -es bisnieta del ex presidente Guillermo León Valencia- y que acompañaba a su padre -el patriarca Ignacio Valencia- en sus correrías políticas por el departamento del Cauca, pero nunca ha vestido la casaca azul.
Por el contrario, dice que desde que “descubrió” a Álvaro Uribe en la Gobernación de Antioquia, se volvió su fan.
Paloma Valencia no ha hecho política, al menos de la electoral, aunque sí hizo un primer ‘pinito’ hace ya unos años con Luis Alfredo Ramos. Sacó 2.
400 votos para la Cámara en Bogotá. Obvio, no ganó una curul, pero dice que “fue muy divertido”.
Hoy ocupa el tercer renglón de la lista del Centro Democrático al Senado de la República, y -con seguridad- será una de las nuevas figuras en los pasillos del Capitolio Nacional.
Colprensa habló con esta periodista, abogada y filósofa sobre sus expectativas, el gobierno Santos y, obviamente, sobre el polémico José Obdulio Gaviria.
– ¿La tomó por sorpresa su inclusión en la lista?
Fue sorpresiva en la medida en que he venido defendiendo las ideas del presidente Uribe, que son las que han transformado a Colombia. Mi relación con el expresidente aparece cuando él empieza a preguntarse ‘bueno, quién es esta Paloma que está defendiéndonos tanto’. Entonces surge una amistad por coincidencias ideológicas.
– ¿A propósito, quién es esta Paloma?
Paloma Valencia es una uribista de a pie. No trabajé en el gobierno Uribe, pero sí he seguido muy de cerca su trabajo desde cuando él era gobernador de Antioquia y yo estaba en la universidad. Yo lo descubrí y me volví su fan.
– Pero usted es de raíces conservadoras…
Tengo una familia conservadora, por ambos lados, pero nunca he militado en el Partido Conservador, simplemente acompañaba a mi papá –Ignacio Valencia- en sus giras por el departamento del Cauca. Sin embargo, diría que desde mi temprana juventud me identifico como uribista y no he tenido una filiación distinta.
– ¿Esta es su primera incursión en política?
Hice unos ‘pinitos’ en 2006 cuando Luis Alfredo Ramos me invitó a integrar una lista a la Cámara por Bogotá. Faltando dos meses para la elección me metí en esa aventura exploratoria. Fue muy divertida, y aunque no ganamos curul, sí sacamos 2.400 votos.
– ¿Cómo analiza esta lista del Centro Democrático?
Es una lista que resuelve una de las peores tragedias democráticas de Colombia: el uribismo ganó todas las elecciones pero no tiene representación política. En un acto de generosidad sin límites el expresidente Uribe, habiendo hecho toda una carrera política, se pone las botas, se mete al Congreso, comienza a formar un partido con todo el Gobierno en contra, con todas las estructuras políticas en contra, usando solamente su prestigio.
– ¿Por qué Uribe quiere ser senador?
Eso se llama garantía al elector. Cuando el presidente Uribe les dijo a sus electores que votaran por Juan Manuel Santos para darle continuidad a sus políticas y Juan Manuel Santos se voltea, el presidente Uribe tiene una responsabilidad. Ahora está es diciéndoles a los colombianos: ‘sí, me equivoqué, pero no los vamos a dejar solos’.
– ¿A propósito, en qué momento se le ‘volteó’ el presidente Santos a Álvaro Uribe?
En mi opinión, desde que invitó a los liberales a la segunda vuelta. Los liberales habían sido un partido no solo de oposición sino además de agravio al presidente Uribe. Más adelante, en su discurso de posesión, invita a (Hugo) Chávez cuando Uribe recién acababa de hacer denuncias ante organismos internacionales mostrando que con anuencia del gobierno venezolano el grupo terrorista de las Farc tenía campamentos en territorio del vecino país.
– ¿Sin Uribe, esa lista tendría futuro?
Evidentemente le costaría mucho trabajo obtener votos. Si el presidente Uribe no estuviera, seguramente sacaríamos la mitad de lo que aspiramos: 30 curules. Esta es una lista de ilustres desconocidos y esa es la apuesta del uribismo: traer gente nueva, que los colombianos escojan entre un Congreso como el actual o las ideas y el prestigio del ex presidente Uribe.
– ¿Por qué una lista cerrada?
Es fundamental, eso demuestra responsabilidad. Aquí no es maquinaria, ni pequeñas empresas electorales, ni pequeños clientelismos. Fíjese: primero se lanzó el proyecto político diciendo que el presidente Uribe lo encabezaría, y luego vienen las personas.
– Pero una lista cerrada es volver a la vieja práctica del bolígrafo…
Fíjese en qué ha terminado la política con el voto preferente: microempresas electorales, sin ideología, sin principios, simplemente agencias de avales. El Centro Democrático no es una agencia de avales.
– ¿Qué piensa de la presencia de José Obdulio Gaviria en la lista uribista?
Me ha sorprendido mucho que las críticas vengan de quienes integran la Unidad Nacional, entre otras cosas porque no los he visto protestando por la inclusión en el Gobierno de quienes constituyeron el escándalo del proceso ocho mil. Les preocupa el primo de Pablo Escobar pero no dicen nada de quienes se financiaron con los dineros del narcotráfico para obtener cargos públicos.
– Por ejemplo….
No tengo que decirles nombres, usted los sabe.
– No, no sé…
Ahí están el doctor (Ernesto) Samper, el doctor (Horacio) Serpa, el doctor (Alfonso) Gómez Méndez, el doctor Amilkar Acosta, que todos pertenecen a ese grupo de políticos que estuvieron implicados en ese proceso. Inclusive, los mismos de la bancada de Unidad Nacional están dispuestos a que las Farc reciban, sin votos, representación política. ¡Qué doble moral la de los miembros de la Unidad Nacional!
– ¿Pero José Obdulio le quita votos a esa lista?
De lo que se trata no es de las personas sino de las ideas, y en ellas están las distintas vertientes del uribismo en diferentes regiones. José Obdulio hace parte del uribismo y así lo ha que querido reconocer el presidente Uribe.
– ¿Pero se ha vuelto José Obdulio un personaje incómodo para esa lista?
Creo que en todos los partidos hay diferentes facciones, mientras respeten los principios, mientras respeten las ideas, mientras estén comprometidos, ahí caben todos.
– ¿Cuál será la prioridad de esa bancada en el Congreso?
Como vamos a ser la bancada más grande, nuestros objetivos son varios: no solo vamos por el Congreso sino también por la Presidencia de la República. El país quiere volver a las ideas uribistas y hay un ramillete de candidatos que quieren concretar esa nueva agenda. Pero también estamos comprometidos con el control político al siguiente Gobierno, a que se cumplan los postulados uribistas. Presentaremos reformas urgentes en justicia, en educación, en salud, en la depuración del sistema legislativo, etc.
– ¿Y frente a los eventuales acuerdos de paz en La Habana?
¡Usted es demasiado optimista! Esos acuerdos no se van a dar en los siguientes meses. Se han demorado un año en negociar el primer punto, del cual todavía hay temas por negociar. Y quedan cinco puntos con temas tan álgidos como la participación política, las víctimas, en fin. El Gobierno insiste en dar unas señales bien equivocadas de que esos diálogos van por buen camino, cuando eso no es cierto.
Más aún, nosotros estamos convencidos de que el pueblo colombiano no le va a votar al Gobierno ese referendo por la paz.
– Hay un rumor: que si el uribismo es mayoría en el Congreso habría otra reforma al ‘articulito’ para que Uribe pueda volverse a presentar. ¿Es cierto?
Yo no creo, ese no es el proyecto político del uribismo. No veo al presidente Uribe con el ánimo de querer ser nuevamente Presidente de la República. Él está haciendo un enorme sacrificio de volver al Congreso simplemente por la convicción insuperable de que les debe lealtad a quienes confiaron en él y se sienten defraudados por la falta de representación política del uribismo.
– ¿El presidente Uribe no está desgastando su prestigio político con una oposición tan radical al Gobierno?
Los prestigios políticos son para usarlos. Lo que él está haciendo es la defensa de unas ideas que considera importantes, y la defensa de un Gobierno que está entregado a una negociación con un grupo guerrillero y narcoterrorista que quiere llevarnos a un modelo castrochavista. Y no es que el presidente Santos quiera traernos ese modelo, es que las Farc lo están utilizando con ese propósito.
FUENTE: eluniversal.com.co