Es deprimente leer sobre las promesas del gobierno nacional en cabeza de un jugador de póker que actúa en el ejercicio de su cargo, como si estuviese sentado en una mesa de juego en un casino.
Desde la primera campaña y aun antes, en su vida pública, no ha dejado de ser primero un jugador cañero que un ser que, en la vida real, se comporte acorde con lo que dice.
En su discurso de posesión en el 2010, alabó hasta la saciedad a su antecesor y manifestó que el gobierno Uribe había partido la historia de Colombia. Lo resaltó como uno de los mejores presidentes de nuestro país. Meses después lo trató como un personaje del pasado al que había que borrar del recuerdo. Palabras muy parecidas a las que con mucha frecuencia, expresan sus amiguitos de La Habana.
Se mostró el primer enemigo de quienes ahora son sus grandes amigos e ídolos. Atacó a Chávez de dientes pa´afuera y una vez se posesionó lo tildó como su nuevo mejor amigo y de hecho, fue en esa malhadada reunión de Santa Marta en donde se concluyó el plan para la entrega del país al socialismo del siglo XXI y se dio la orden para iniciar su implantación en el territorio colombiano.
Desde ese momento hasta ahora, no hemos tenido un momento en donde se deduzca una hoja de ruta diferente a la claudicación ante unos narcoterroristas, que ahora amenazan a quienes no estemos de acuerdo con la manera como se quiere acabar con la democracia como sistema de gobierno, para instaurar la dictadura del proletariado en su forma más arcaica. No sobra recordar que catalogó a uno de sus máximos jefes y por ende uno de los mayores responsables de actos de terrorismo y narcotráfico como: buen tipo y que podría ser presidente de nuestro país. Otra nueva mejor amistad que sin lugar a dudas puede verse traicionada como lo ha hecho con todos los colombianos que en algún momento le comimos cuento.
El asunto de las casas gratis se olvidó como se ha olvidado que paró lo de las autopistas de la Montaña y cinco años después han ejecutado un % ínfimo y para ¿financiarlas?, vendieron a ISAGEN, pero eso, como todo lo de este gobierno, se quedará en palabras que se las lleva el viento.
El gobierno del Nunca Antes y esto es Histórico, es de verdad un fiasco descomunal y esas promesas, que tanta resonancia tienen en los medios empegotados de mermelada corruptora, se quedan en una ilusión que nunca se verá cumplida. Ese ha sido el común denominador de un gobierno centralista con mañas heredadas de la época de la colonia, en donde todo se decidía en la fría capital de la corrupción cuando no era en Madrid. Durante este mandato del socialista para los demás, regresamos a la patria boba y vamos para unas cavernas manejadas por el estalinismo dictatorial y asesino como siempre han sido, los que ahora fungen como gente de paz, pero la de los sepulcros.
Ahora en otra de esas mamadas frecuentes (estuve revisando las patrasiadas de santos y son innumerables), afirma, con esa carita de cañero, que el IVA no subirá este año y de pronto lo cumple y lo sube a partir del 1 de enero de 2017. Esto para buscar que en el plebiscito no tengamos en cuenta esas medidas que antes que nada frenarán el consumo y por ende la economía sufrirá en sus bases, puesto que sin consumo se frena la producción y por ende la industria reducirá sus jornadas de trabajo, incrementando el desempleo que conducirá a menor base con capacidad de compra lo que contraerá la circulación del dinero y así nos vamos entrando en la parálisis y el desabastecimiento para emular a nuestro vecino. Para santos la admiración de su ídolo Chávez lo está llevando a parecerse a Maduro y sus pajaritos y por ende quiere que Colombia sea una Venezuela sin petróleo pero más pobre.
Postre: los 50 años del Estudio Polifónico de Medellín son motivo de orgullo para la Ciudad. Sus autoridades deben compensarlo con una sede acorde con ese logro.