Para nadie es un secreto que el alcalde Gustavo Petro no gobierna, no gerencia, no administra y no ejecuta. Eso sí, es un experto engatusando a punta de discursos y verborreas que nunca resuelven los graves problemas que hoy afronta la capital.
Esto se evidencia, dramáticamente, en uno de los temas bandera de su administración: la educación. De todas las promesas que hizo durante la campaña electoral en este campo, no ha cumplido ni una décima parte (por no decir que no ha cumplido nada).
Las cifras hablan por sí solas:
• Promesa electoral de Gustavo Petro: 100 nuevos colegios y 1.000 jardines infantiles.
• Meta replanteada: 30 nuevos colegios. Balance hasta hoy: ninguno entregado y uno en obra en Usme (El Espectador).
• El 71.5% del presupuesto 2012-2013 destinado a la construcción de nuevos colegios no se ha ejecutado (El Espectador).
• De los 24 colegios inconclusos de otras administraciones, solo se ha entregado uno en Engativá. Este era de la administración Garzón, pero el actual gobierno se lo atribuye (El Espectador).
• De las 1.018 aulas de jardines infantiles proyectadas durante el 2012-2013, se han entregado 18. Cabe anotar que ninguna de estas es en jardín nuevo.
• Solo se ha entregado un jardín infantil en Kennedy (5 de mayo de 2013). Este fue construido con recursos de pasadas administraciones.
• No se ha implementado la jornada única en colegios públicos por falta de infraestructura. En efecto, los colegios privados estudian entre 6 y 10 horas más a la semana, que los públicos.
Sin embargo, la infraestructura no es el único problema de la educación en Bogotá. Si bien es cierto que hay avances en materia de cubrimiento, no ha mejorado la calidad. Esto quedó en evidencia en las más recientes pruebas del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés).
Bogotá, de las cuatro ciudades escogidas en Colombia para las pruebas, tuvo los peores resultados. Lo que más preocupa es que le tomaría un siglo, de acuerdo al análisis de la Revista Semana, para alcanzar el nivel educativo de los países que ocupan los primeros lugares en PISA.
Por otro lado, es muy marcada la diferencia entre la educación pública y privada. Según el estudio de ¿Bogotá cómo vamos?, en el 2012, 2 de cada 100 estudiantes de colegios privados repitieron el año, mientras que 8 de cada 100 estudiantes de colegios públicos tuvieron que hacerlo. Así mismo, en las pruebas Saber 11 de 2012, el 39,5% de colegios privados quedaron en categoría muy superior, respecto al 0,32% de los colegios públicos.
Cabe anotar que 7 de cada 10 niños van a colegio público, por lo que el problema de calidad también se evidencia al momento de acceder y culminar los estudios de educación superior.
Otro aspecto relacionado con la problemática de la calidad en la educación tiene que ver con la capacitación docente. Es así como en el gobierno Petro solo el 21% de los profesores logró la meta de formarse en maestría o doctorado.
Con este sombrío panorama es evidente que la administración Petro fracasó en temas de educación y le falló a los bogotanos. Es por eso que hay que decirle Sí a la revocatoria, Sí a Bogotá, chao Petro.
FUENTE: El Espectador