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¡Sí vale la pena esta lucha!

Hace unos días me abordó una respetable dama manizaleña y me preguntó algo que me puso a reflexionar: ¿Qué gana Usted con esa lucha solitaria en contra del poder tradicional de la ciudad y la región? ¿Vale la pena arriesgarlo todo en medio de una sociedad indiferente, silenciosa y muchas veces cómplice? A lo que le respondí: ¡Sí vale la pena esta lucha! Una lucha solitaria pero constante puede llegar a vencer las enquistadas aberraciones, siempre y cuando se libre con los argumentos, los documentos, las pruebas y se haga de frente y acudiendo a la nobleza de la verdad. El tiempo es poderoso y la ley de la compensación es implacable y, aunque demorada, se encarga de hacer justicia y de castigar las iniquidades con penas severas y dolorosas.

 

Y hoy estoy más convencido de ello. ¿Estaremos reaccionando? Todo parece indicar que si. Cada día vemos más solos a los mezquinos prohombres que nos llevan explotando durante décadas, amparados en un poder concedido por nuestra desidia, nuestra indiferencia y nuestra pusilanimidad. Y también cada día que pasa encontramos más personas dispuestas a protestar, a sacudirse de esa dictadura gremial que nos tiene asolados y a sumarse a estos propósitos de emancipación social. Estoy convencido de que saldremos triunfantes de esta batalla, porque tenemos los argumentos y porque en el transcurso de tantos años plagados de abusos, injusticias, perversidad y dominio descarado, la estela que han dejado es muy grande, solo que han contado hasta ahora con la complicidad de los órganos de control y de justicia y con la connivencia de una clase dirigente que prefiere vivir arrodillada para libar de las mieles del silencio ofrecido en transacciones extorsivas.

 

Pero las cosas están cambiando. Y en la medida en que se engruesa el bando de la búsqueda de la liberación, la Fiscalía, la Procuraduría y la Contraloría -y los demás órganos que de allí se desprenden- se ven en la obligación de tomar cartas en el asunto y de asumir con verdadera responsabilidad las denuncias que constantemente hacemos. Porque habíamos planteado una lucha mediática que buscaba aclarar socialmente la verdad y develar las íntimas razones de nuestra parálisis y poner en evidencia a los directos responsables, pero lo que vamos encontrando en el camino nos obliga a elevar denuncias ante la justicia colombiana y hacerles el seguimiento que impidan el archivo prematuro o la dilación protectora en favor de quienes vienen delinquiendo amparados en la mediocridad judicial.

 

Ha sido una tarea ardua, peligrosa, arriesgada y demasiado costosa. Pero los frutos se están viendo. Y lo que está por venir es muy grande por el significado real en el futuro de nuestra región. Tendrá que haber un relevo en el poder por el desplazamiento de quienes hasta ahora lo han ostentado y que se verán obligados a cederlo por consunción, o a entregarlo por decisiones legales.

 

Muy seguramente van a llegar defensores públicos de estas perversidades pues esos prohombres han logrado penetrar organismos sociales, gremiales, universitarios, comerciales, industriales y políticos cuyos miembros empiezan asociándose con la imagen de honestidad y limpieza, y terminan arrinconados en la complicidad perniciosa con comportamientos aparentemente fulgurantes, pero que a mediano plazo son autodestructivos y dependientes. Es decir, empiezan con la asociación altruista y los propósitos sanos, y terminan revueltos en verdaderas mafias manejadas por unos pocos (los mismos durante décadas) desde los gremios y las asociaciones creadas en el seno de estos. Y ya veremos como acabarán estos defensores enlodándose en la misma cloaca judicial y social porque, además de haber fungido como cómplices, también se han lucrado de ese poder mezquino. ¿Quiénes son? Esperemos que dentro de poco revientan… Por eso repito: ¡Sí vale la pena esta lucha!

 

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Qué orgullosos nos sentimos los manizaleños al ver la nueva imagen de nuestra Catedral Basílica. La iluminación de la que la dotaron la hace ver como el monumento de exposición mundial que representa, y la exalta más como ese ícono de pujanza, resolución y emprendimiento de los que hizo gala esta raza no hace muchos años. Estas son las acciones que nos enaltecen y que terminan rescatando el sentido de pertenencia y civismo que otrora nos caracterizaron. Felicitaciones al presbítero José Libardo Garcés Monsalve, párroco de la Catedral, y al historiador Juan Pablo Jaramillo, administrador del Corredor Polaco y demás espacios arquitectónicos de este monumento. Y para quienes no han tenido el placer de admirarla, pueden hacerlo entrando al siguiente link: https://www.dropbox.com/s/jychs29fk0portr/CATEDRAL%20DE%20MANIZALES.jpg?dl=0

 

@titepava