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¿Un proceso amorcillado?

“Dicho de un toro herido mortalmente: Que, antes de caer, hace esfuerzos para mantenerse en pie, abriéndose de patas o buscando apoyo en las tablas”. Me disculpan los taurófilos por el símil pues no le hace honor al toro. Este es mucho más noble.

 

-Hola Humberto en ocasiones me pregunto ¿qué nos está pasando con el programa bandera que parece entró en un letargo inconveniente?

 

-No sé Juhampa (Así le gusta que le digan), creo que está demasiado largo, muy improductivo y la gente ya no está comiendo cuento.

 

-Si es así, debemos generar un relanzamiento con nuevos hechos que nos pongan otra vez en la mente de los colombianos como primer pensamiento. Creo que nos debemos inventar un secuestro de alguien de importancia. Haré los arreglos correspondientes con quienes se presten para esto y veremos qué pasa. Espera una sorpresa. Hasta luego Humberto

 

– Feliz noche Juhampa (Así le gusta que le digan).

 

Así se pudo haber tramado el secuestro más extraño de los que los colombianos hemos tenido noticia; es increíble que un soldado experto en estrategia militar y conocedor del terreno y los riesgos, se haya aventurado a salir sin escolta y mal protegido en una zona, en la cual, él más que nadie sabía, caería en manos de los narcoterroristas.

 

Así se hizo y lo que tenía que pasar pasó y ahora tenemos un general secuestrado, no retenido ilegalmente como canta montetonto, y el país está en ascuas sobre lo que sucederá posteriormente.

 

Dentro del sainete hay diversos papeles y Juhampa (Así le gusta que le digan) desempeña uno secundario para mantener su bajísimo perfil manifestando en el inicio del segundo acto (el primero fue el secuestro), que suspenderá las charlas hasta tanto no se pongan de acuerdo para devolver al general y otros cuatro secuestrados. No a todos porque lo otros son negocio financiero

 

En el tercer acto sale Catatumbo reconociendo que está en sus garras pero que no lo están apretando mucho y lo devolverán una vez lo autorice su máximo jefe Timo khenco, quien en honor a su prefijo timo, actúa con premeditación y alevosía en todas las ocasiones. Poco después se manifiesta que en un acto de magnanimidad de los narcotraficantes terroristas, serán entregados y se está a la espera de que así lo diga Timo.

 

Se les amorcilló el proceso y no sabían cómo revivirlo; usaron esta nueva charada para intentar conseguir un respiro y buscar la manera de que los colombianos caigamos en esa trampa que nos vienen urdiendo desde hace unos seis u ocho años cuando, en el gobierno Uribe, tuvimos un infiltrado de las Farc.

 

De eso tan bueno no dan tanto. Esto motivó las sospechas de la gente y muy seguramente en vez de revivir, el proceso entrará en agonía final hasta que más temprano que tarde se llegue al desenlace final. Un deceso sin pena ni gloria en un anonimato vergonzoso y con unas consecuencias funestas para el desarrollo del país.

 

Perdimos más de cinco años en una comedia que sólo le trajo incertidumbre, miedo, desinversión y violencia por un embeleco egocéntrico de un personaje que antes que nada, debe rendir cuentas ante la sociedad colombiana por el despilfarro de billones de pesos en autoalabanzas y publicidad de su inicua obra de gobierno y en gastos superfluos e improductivos en el mantenimiento de unas tertulias insulsas en la capital del primer territorio esclavo de América.

 

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